Estoy terminando de alistar todo para reunirme con mi equipo, es importante retroalimentarnos culminada una campaña. Suena el teléfono. Veo que es un número fijo, de aquellos que estoy acostumbrado a ignorar porque el acoso diario para adquirir productos financieros es por demás insufrible, pero respondo.
– ¿Hola? Buenos días, ¿es Empanacombi?
(Es una dulce voz. Que puede recordarme a una profesora o una tía querendona. En automático, pongo en altavoz para anotar un posible pedido)
– Sí, buen día. ¿En qué le puedo ayudar?
– Quería decirte que el día de ayer a las 8 de la mañana recibí una caja de ustedes. Mi hija _______ me la envío por el día de la madre. Y quisiera decirte algo.
(Cuidamos obsesivamente cada detalle en nuestro servicio. Los comentarios de los clientes han sido positivos, ayer lo corroboramos llamándolos. Hay muchos stories en Instagram contando emocionados la experiencia. Aunque recibo un tono amable me pongo nervioso. Me preparo. Primero, las alturadas disculpas. Luego, a incendiar la pradera)
– Dígame, por favor.
– Recibo regalos de mis hijos todo el tiempo. Pero este ha sido diferente. La caja que me ha llegado me ha hecho muy feliz. Y quiero felicitarlos por el excelente trabajo que han realizado. La ensalada fresquísima y equilibrada. El jugo totalmente del día. Los panes maravillosos. Las galletas muy sutiles. Y el diseño de la caja y todos los detalles me han encantado. Quiero bendecirlos por su gran servicio. Toda la experiencia me ha gustado mucho. Los felicito de todo corazón.
(Tres segundos de silencio)
– Wow. Muchas gracias por sus palabras. Me emocionan mucho y nos comprometen a seguir esforzándonos para dar lo mejor. Voy a transmitir cada una de sus palabras a mi equipo.
– Hazlo, por favor. Son talentosos jóvenes y lo que hacen ustedes por incluirlos es absolutamente maravilloso y único. Una persona no puede dejar de agradecer cuando la hacen tan feliz. Me siento feliz por ustedes. Y quiero darles mi bendición. Qué Dios los bendiga en todo. Son una gran empresa.
– Muchas gracias por esto. ¿Cuál es su nombre? Quiero que mi equipo sepa de quién provienen las felicitaciones.
– Mi nombre es ________. He recibido muchos regalos, pero el de ustedes me ha hecho feliz. Ten por seguro que los voy a recomendar ampliamente porque se lo han ganado. Sus productos son muy buenos. Quiero que lo sepas.
– Listo, Sra. _______. En estos momentos me dirijo a transmitir su mensaje. Reitero el agradecimiento.
– Ten un buen día, hijo. Hasta luego.
– Hasta luego, Sra. _______.
Mi corazón se ablanda. Recuerdo el esfuerzo, los detalles, la planificación, la obsesión, la inversión. Recuerdo el rostro de todos. Me encamino a la reunión. Antes de pasar a los números, les daré el mensaje de la Sra. ______, que ahora es el mío. Ya hizo mi trabajo.